dejá de romper el signo de las cosas murmura y su filo roza la piel de mi garganta puedo sentir el frío y la fragilidad la espada no se mueve no pendula está estratégicamente activa agazapada en la vibración posible de mis cuerdas/
toda la otra zona sueña desea ver la carne partida en dos la sangre echándose hacia afuera el caos el silencio para siempre una pedagogía sin asepsia voraz/
rearmo retruco uso el último aliento pienso que el arma que existe es esta otra mirando a unos ojos ausentes me orillo a mi propia voz la busco a tientas con desesperación con la determinación de los finales violentos algo aparece lo pruebo sabe igual a unas uvas de estación alcanzo a hilvanar una respuesta conecto órganos nervios imágenes
abro la boca hablo digo con asco dejá de romper a las cosas con tus signos/
el mundo acaba ahí
sin embargo la espada acude al deseo de una mente racional atraviesa desguaza fragmenta goza la sangre se derrama las cuerdas dejan de unirse a los soplos internos/
todo se torna un ruido altísimo la palabra se agota nada se nombra la lengua aparece como una acción sin gramática como un desorden las fibras se descomponen no hay qué las narre lo vital se suelta como espasmos la muerte no sale a anunciarse el lenguaje tampoco/
sonrío antes del derrumbe mis dudas eran alguna certeza me digo si los diccionarios no fueran tan inútiles estarían siendo acribillados/